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Mantén una rutina de sueño regular: horarios constantes para dormir y despertar.
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Crea un ambiente relajante antes de acostarte.
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Aprende a manejar el estrés y descansar tanto física como mentalmente.
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Durante un episodio, mantén la calma: concéntrate en la respiración y relaja el cuerpo. En segundos, el cerebro se sincronizará y recuperarás el movimiento.
Aunque puede ser aterradora, la parálisis del sueño no representa un peligro físico y suele resolverse por sí sola. Comprender sus causas y adoptar buenos hábitos de descanso es clave para evitar que se repita.
Recuerda: no dejes que el miedo te domine. Con información y práctica, este fenómeno puede manejarse y superarse.