(Opcional) Acidifica. Para una mejor conservación: sumérgelos en una mezcla de agua y vinagre (50/50) durante 30-60 segundos, escúrrelos y sécalos bien con papel absorbente.
Coloca en frascos. Esteriliza los frascos (en el lavavajillas con agua caliente o hirviendo, y luego sécalos). Coloca los tomates en capas, añadiendo hierbas secas si lo deseas. Después de cada capa, rocía con aceite. Golpee el frasco contra la encimera para eliminar las burbujas de aire. Los tomates deben permanecer siempre sumergidos en el aceite.
Escarchar. Cerrar y refrigerar. Esperar de 12 a 24 horas: los sabores se integrarán y el aceite desprenderá aroma a tomate.
Cómo usarlos
Bruschetta: pan tostado, tomates, orégano y una pizca de ajo (añadido al momento).
Pasta: saltear durante un minuto con su aceite, aceitunas y alcaparras; terminar con pan rallado tostado.
Ensaladas y bowls: farro/cebada + feta o atún + tomates en aceite = almuerzo listo.
Platos principales: pollo o pescado a la plancha con 2 o 3 mitades de tomate picadas por encima.
Almacenamiento y seguridad (importante pero sencillo)
Conservar los frascos en el refrigerador y consumir en 1 o 2 semanas.
Mantener los tomates cubiertos con aceite en todo momento; si el nivel de aceite baja, rellenar.
Usar cubiertos limpios para servirlos.