La mala circulación en los pies es un problema más común de lo que muchos piensan, y aunque suele pasar desapercibido en sus primeras etapas, puede ser el indicio de afecciones más serias si no se trata a tiempo. Este trastorno se produce cuando el flujo sanguíneo no llega de manera eficiente a las extremidades inferiores, provocando una serie de síntomas molestos y, en ocasiones, debilitantes. Conocer sus causas, señales y formas de prevención es clave para mantener una buena salud vascular y evitar complicaciones futuras.

Uno de los signos más frecuentes de la mala circulación en los pies es la sensación constante de frío, incluso cuando el ambiente está templado o cálido. Este síntoma se produce porque, al no llegar suficiente sangre a la zona, los tejidos no reciben el oxígeno ni los nutrientes necesarios. A esto se pueden sumar otros signos como entumecimiento, hormigueo, calambres frecuentes, sensación de pesadez o dolor al caminar, e incluso cambios en el color de la piel, que puede volverse pálida, azulada o rojiza.