Pequeño, humilde y de aroma intenso, el ajo es mucho más que un condimento. Desde la antigüedad ha sido utilizado como un potente remedio natural gracias a sus propiedades medicinales, hoy respaldadas también por la ciencia moderna. Entre sus beneficios más destacados se encuentran:
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Protege la salud cardiovascular
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Combate bacterias y virus
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Refuerza el sistema inmunológico
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Reduce la inflamación
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Disminuye el estrés oxidativo
Sin embargo, existe un error común que hace que muchos pierdan la mayor parte de sus propiedades.
El error número uno al cocinar ajo
Lo habitual es picar el ajo y echarlo directamente en aceite caliente para seguir la receta. Este hábito destruye uno de sus compuestos más valiosos: la alicina.
Qué es la alicina y por qué es tan importante
La alicina es el principal compuesto activo del ajo, responsable de gran parte de sus propiedades. No está presente de forma natural en el ajo entero, sino que se forma cuando la aliína y la alinasa, dos componentes presentes en el ajo, entran en contacto al cortarlo o machacarlo.
Sus beneficios incluyen: