Seguramente uno de los platos más icónicos de nuestra cocina: la tortilla de patatas.
Tradicional, sencilla, y llena de sabor, es una de esas recetas que nos acompaña desde siempre, ideal para comer en casa, llevar al trabajo o disfrutar en un día de campo.
Pocas cosas nos transportan tan rápido a momentos felices como un buen trozo de tortilla.
En cada casa se hace de una forma distinta: con cebolla o sin ella, más cuajada o jugosa, con patata en láminas o en dados.
La tortilla de patatas tiene mil versiones, pero hoy queremos compartir la de la abuela María, que siempre la hacía con cariño y mucha paciencia, dejando que la patata se hiciera despacito para que quedara tierna y sabrosa.
Lo bueno de este plato es que se puede comer tanto caliente como fría, en bocadillo o en pincho. Además, es perfecta para dejar hecha con antelación y tener la comida o la cena lista en un momento.