Etapa 4: Transfiere la masa a una superficie de trabajo limpia y ligeramente enharinada. Amasa vigorosamente durante cinco a siete minutos, utilizando la base de tus palmas para presionar y doblar la masa repetidamente. Este proceso desarrolla el gluten, lo que resultará en tortillas elásticas y fáciles de estirar. La masa estará lista cuando se sienta suave, elástica y ya no se pegue a tus manos.
Etapa 5: Forma una bola con la masa amasada y colócala de nuevo en el tazón. Cúbrela completamente con un paño de cocina limpio y húmedo o con papel film. Deja reposar la masa durante veinte a treinta minutos a temperatura ambiente. Este tiempo de reposo permite que el gluten se relaje, facilitando el estirado posterior y garantizando tortillas más suaves y manejables.
Etapa 6: Después del reposo, divide la masa en porciones iguales. Para tortillas de tamaño estándar, forma entre diez y doce bolitas del tamaño de una nuez grande. Si prefieres tortillas más grandes o más pequeñas, ajusta el tamaño de las porciones según tus necesidades. Mantén las bolitas cubiertas con el paño para evitar que se sequen mientras trabajas.
Etapa 7: Toma una bolita de masa y colócala sobre una superficie plana ligeramente enharinada. Con un rodillo, aplica presión uniforme desde el centro hacia los bordes, girando la masa ocasionalmente para mantener una forma circular. Estira hasta obtener un disco delgado de aproximadamente dos milímetros de grosor. La tortilla debe ser lo suficientemente delgada para ser flexible, pero no tanto que se rompa fácilmente.
Etapa 8: Precalienta un comal, sartén de hierro fundido o sartén antiadherente a fuego medio-alto. La superficie debe estar bien caliente antes de comenzar a cocinar. No es necesario añadir aceite ni mantequilla. Coloca cuidadosamente la tortilla estirada sobre la superficie caliente y cocina durante aproximadamente treinta segundos, o hasta que aparezcan pequeñas burbujas en la superficie y la parte inferior presente manchas doradas.
Etapa 9: Con la ayuda de una espátula o pinzas, voltea la tortilla y cocina el otro lado durante otros treinta segundos. La tortilla debe inflarse ligeramente, lo cual es señal de una cocción perfecta. Retira del fuego y coloca inmediatamente en un recipiente térmico o bajo un paño limpio para mantener el calor y la humedad, evitando que se endurezcan.