Todavía recuerdo cómo, al volver del colegio en esas frescas tardes de otoño, mi abuela me esperaba con una taza de té caliente y un bizcocho recién hecho, único en su especie: sencillo, pero tan reconfortante. Tenía un sabor entre dulce y ligeramente ácido, y el aroma de la mermelada de frutas inundaba la cocina, impregnando toda la casa con un olor a infancia. Ahora, años después, he logrado adaptar esa receta a una versión rápida que puedo preparar en tan solo dos minutos, cuando me entra un antojo repentino de algo dulce. Verás lo sencillo, rápido y delicioso que puede ser crear, en casa, algo que reconforte el alma y evoque recuerdos.
Información rápida
Rinde: 2-3 porciones
Tiempo de preparación: 1 minuto
Tiempo de cocción: 1 minuto
Tiempo total: 2 minutos
Ingredientes
Para la base:
4 cucharadas de harina blanca
2 cucharadas de azúcar (ajustar al gusto)
1 cucharadita de levadura en polvo
2 cucharadas de mermelada de frutas (preferiblemente agridulce, como albaricoque o arándano)
150 ml de agua mineral con gas (para mayor esponjosidad)
1 cucharada de aceite de girasol (para una textura suave)
Una pizca de sal
Para la salsa/decoración (opcional):