Limpia bien tu rostro o la zona del cuerpo que quieras tratar (cuello, escote, parte interna de brazos, etc.).
Aplica la mascarilla con una brocha o con los dedos, haciendo una capa uniforme.
Relájate y deja secar completamente (de 15 a 25 minutos). Sentirás que la piel se tensa.
Una vez que la mascarilla se haya endurecido y comience a resquebrajarse, retírala suavemente con abundante agua tibia.
Finaliza con agua fría para cerrar los poros y aplica una crema hidratante o aceite natural (como aceite de almendras o coco).
📅 Frecuencia recomendada:
2 a 3 veces por semana, según tu tipo de piel y el nivel de flacidez.
Los resultados no son inmediatos, pero con constancia verás la piel más firme, nutrida y con mejor textura en pocas semanas.