Detrás de su aspecto simple, las mollejas esconden un perfil nutricional impresionante.
Son una excelente fuente de proteína de alta calidad, aportando unos 30 g por cada 100 g de producto cocido, lo que las sitúa al nivel de carnes más costosas como el filete o el pescado.
Además, son bajas en grasa (si se cocinan sin aceite en exceso) y ricas en:
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Hierro, que previene la anemia.
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Zinc, que fortalece el sistema inmunológico.
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Fósforo, esencial para huesos fuertes.
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Vitaminas del grupo B, especialmente B12, que mejora la memoria y la energía.
Por todo esto, las mollejas son un alimento ideal para quienes buscan nutrición completa sin gastar mucho dinero.
⚠️ Consejo: evítalas fritas con exceso de aceite para mantener su valor saludable.
🍲 3. Un alimento con historia y mucho sabor
Las mollejas tienen una larga tradición en las cocinas del mundo. Representan el espíritu del aprovechamiento total del alimento, una práctica que nuestros abuelos dominaban a la perfección.
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🇩🇴 En República Dominicana, se guisan con orégano y ají.
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🇲🇽 En México, se sirven con chile y limón.
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🇺🇸 En el sur de Estados Unidos, se fríen hasta quedar crujientes.
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🇯🇵 En Japón y Filipinas, se cocinan a la parrilla como comida callejera.
En todas sus versiones, las mollejas demuestran que lo humilde puede ser exquisito.
Además, su contenido natural de colágeno y elastina contribuye a la salud de la piel y las articulaciones, sumando un beneficio extra que pocos conocen.