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Realizá chequeos médicos regulares: revisá la vista, la audición y el estado general de salud cada seis meses o según recomendación profesional.
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Elegí conducir en horarios seguros: preferí hacerlo de día, evitando el tráfico intenso o las condiciones climáticas adversas.
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Mantené el vehículo en perfecto estado: neumáticos, frenos y luces deben revisarse periódicamente.
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Evitá distracciones al volante: no uses el teléfono, ni ajustes el GPS mientras manejás.
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Descansá lo suficiente antes de conducir: la fatiga o la falta de sueño pueden afectar la concentración.
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Aceptá los límites con serenidad: si tu médico recomienda dejar de conducir, recordá que existen alternativas seguras como el transporte público o los servicios de movilidad compartida.
A medida que la población envejece, los gobiernos buscan equilibrar la seguridad vial con el respeto a la autonomía de las personas mayores.
Si bien la noticia puede resultar triste para muchos conductores de más de 70 años, la intención de estas medidas no es castigar, sino proteger vidas —la suya y la de los demás— asegurando que cada persona que tome el volante esté realmente en condiciones de hacerlo.
