¿Tu hígado está en peligro? La cirrosis hepática es una enfermedad grave que suele desarrollarse de forma silenciosa. Muchas personas no se dan cuenta de que su hígado está fallando hasta que los síntomas se vuelven severos. En este artículo, te mostraremos 12 señales de cirrosis hepática que no debes ignorar. Detectarlas a tiempo puede marcar la diferencia entre una vida saludable y una situación crítica.
¿Qué es la cirrosis hepática?
La cirrosis hepática es una condición crónica en la que el hígado sufre un daño progresivo. Con el tiempo, el tejido sano del hígado es reemplazado por tejido cicatricial, lo que afecta su funcionamiento. Este daño puede ser causado por el consumo excesivo de alcohol, infecciones como la hepatitis B o C, hígado graso no alcohólico, o una alimentación poco saludable.
Un hígado dañado no puede filtrar adecuadamente las toxinas del cuerpo, ni producir las proteínas necesarias para la coagulación de la sangre, la digestión y otras funciones esenciales. Por eso es tan importante reconocer los síntomas desde el inicio.
1. Cansancio extremo y persistente
Sentirse agotado todo el tiempo, incluso después de dormir bien, puede ser una señal de que tu hígado está teniendo dificultades para filtrar las toxinas del cuerpo. Esta fatiga continua suele ser una de las primeras señales de cirrosis hepática.
2. Pérdida del apetito
Cuando el hígado no funciona bien, puede afectar el sistema digestivo. Si notas que has perdido el interés por comer, o te olvidas de las comidas, podría ser una alerta temprana.
3. Pérdida de peso inexplicable
Bajar de peso sin proponértelo parece positivo, pero si no estás haciendo dieta ni ejercicios y estás perdiendo peso rápidamente, puede indicar un trastorno hepático serio.
4. Náuseas o molestias digestivas
Una mala digestión frecuente, hinchazón después de comer, o náuseas constantes pueden ser provocadas por un hígado que no logra procesar las grasas correctamente.
5. Color amarillento en la piel o los ojos (ictericia)