El turrón de almendra es uno de los dulces más emblemáticos de la Navidad en España. Su sabor inconfundible, mezcla de almendras tostadas, miel y azúcar, ha trascendido generaciones y se ha convertido en un símbolo de unión familiar y de celebración. Prepararlo en casa no solo es una experiencia deliciosa, sino también un viaje a nuestras raíces culturales, donde la cocina se convierte en el puente entre el pasado y el presente.
En este artículo descubrirás la historia del turrón de almendra, los beneficios de sus ingredientes principales, la receta casera paso a paso, consejos para perfeccionarlo, variaciones modernas y cómo conservarlo y servirlo de la mejor manera. Prepárate para disfrutar de un clásico navideño que nunca pasa de moda.
Origen e Historia del Turrón de Almendra
Aunque hoy lo identificamos como un dulce español, el turrón tiene un pasado que se remonta a las culturas árabes. Se cree que llegó a la península ibérica durante la ocupación musulmana, cuando ya se elaboraban dulces a base de miel y frutos secos en la región del Mediterráneo. Con el tiempo, España lo adoptó, lo perfeccionó y lo convirtió en una joya de la repostería tradicional, especialmente en Alicante y Jijona, donde nació el famoso turrón duro y blando.
En la época medieval, el turrón se asociaba con la abundancia y la prosperidad, por eso se ofrecía en celebraciones y banquetes importantes. Con los siglos, se consolidó como un dulce navideño por excelencia, y hoy forma parte de las mesas festivas en todo el país y en muchas partes de Latinoamérica.