Cuidado: Colócala en un sitio con luz indirecta y riégala cada dos o tres semanas, solo cuando la tierra esté completamente seca. Es mucho más feliz cuando la olvidas que cuando la riegas de más.
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2. Potos (Epipremnum aureum)
Si quieres una planta que haga que tu casa parezca una jungla en poco tiempo, el potos es tu mejor opción. Sus hojas en forma de corazón cuelgan en cascada desde estanterías o macetas colgantes, llenando de vida cualquier rincón.
Es una planta agradecida: tolera poca luz, riegos irregulares y aire seco. Crece rápido y se adapta a casi todo. Si cortas las puntas, se vuelve más frondosa; si la dejas crecer, decora con un aire selvático.
Dato curioso: En su hábitat natural puede trepar árboles de hasta 12 metros de altura, aunque en interiores se mantiene manejable y hasta puede crecer solo en agua.
Cuidado: Prefiere luz brillante indirecta, pero también vive bien en sombra. Riégalo cuando la capa superior de la tierra esté seca y limpia sus hojas de vez en cuando para que mantenga su brillo.