Qué significa portar una mutación TP53
El gen TP53 codifica la proteína p53, un regulador clave del ciclo celular. Su función principal es detener la división cuando hay daño en el ADN, permitir la reparación o inducir la muerte celular programada si el daño no se puede corregir.
Cuando existe una mutación germinal en TP53, como ocurre en el síndrome de Li-Fraumeni, el control sobre las células dañadas se pierde parcialmente. Esto aumenta de forma muy marcada la probabilidad de desarrollar diferentes tipos de cáncer a edades tempranas, a menudo antes de los 40 o 50 años.
Un estudio publicado en Cancer estimó que las personas portadoras de una mutación patogénica en TP53 tienen un riesgo acumulado cercano al 100 % de presentar al menos un cáncer a los 70 años, con incidencias mucho más altas y precoces que en la población general.
Cómo fallaron los sistemas de cribado genético
En este caso no bastó con que el donante pareciera sano y cumpliera los cuestionarios médicos habituales. La mutación no estaba presente en todas sus células, sino en una fracción de los espermatozoides, un fenómeno llamado mosaicismo gonadal. Esto complica su detección en análisis de sangre estándar.
Los bancos de esperma suelen aplicar paneles genéticos centrados en enfermedades relativamente frecuentes, como fibrosis quística o determinadas anemias hereditarias. Genes de alto riesgo oncológico, como TP53, no siempre se incluyen de forma sistemática por coste, complejidad e interpretación de variantes raras.
Además, al distribuir muestras a 67 clínicas en 14 países, se superaron límites nacionales de descendencia por donante sin que ninguna autoridad tuviera una visión global. No existe todavía un registro internacional unificado que controle el número total de hijos por cada donante a escala transfronteriza.
Mutación TP53 en donación de semen
La mutación TP53 en donación de semen plantea un reto concreto para la regulación de la reproducción asistida. No se trata solo de añadir más pruebas, sino de decidir qué genes se deben incluir de manera obligatoria en los paneles de cribado de los donantes.
Expertos en genética han señalado que casos como este son muy poco frecuentes, pero evidencian la necesidad de limitar mejor el número de embarazos por donante y de compartir información entre países. De otro modo, una sola alteración rara puede alcanzar una población grande de descendientes.
Diversos grupos proponen reforzar el uso de secuenciación avanzada y actualizar los paneles con genes de alto riesgo oncológico, al menos en bancos de semen con distribución internacional. También se sugiere crear sistemas de alerta rápida para contactar a familias cuando se detecta una variante peligrosa.