La razón oficial para elegir ese islote –llamado “Oval Lake Grave”– es clara: se buscaba un lugar remoto, protegido de accesos fáciles, alejado de miradas indiscretas y del aluvión de visitantes que sin duda habría atraído la sepultura de Diana. La idea fue: un lago actúa como barrera natural, los visitantes no autorizados se lo pensarían dos veces antes de cruzar a la isla, y la familia tendría un lugar controlado para la visita privada. Hasta ahí todo suena comprensible.
Lo inquietante aparece cuando nos detenemos en la parte técnica del enterramiento: ¿cómo se hace una tumba en medio de una isla en un lago artificial sin que el agua, la humedad o el terreno fangoso compliquen todo? Vecinos, aficionados y hasta foros de internet plantean que la ubicación planteaba un reto notable para cualquier sepultura convencional. En uno de esos hilos de discusión, un usuario resume el asunto de esta manera:
“The water table argument makes a lot of sense.”
Algunos sugieren que en realidad la tumba podría no estar bajo el agua ni en la isla que señalan públicamente, sino en otro lugar. Otros comentan que el lago fue diseñado como parte ornamental, no como sitio de un cript enterrado, lo que suscita la pregunta: ¿se hizo una construcción especial? ¿Se utilizó una cámara estanca? ¿O quizá lo que vemos es una fachada para mantener alejados a los curiosos?
Lo que se ve y lo que se especula
Lo que sí está confirmado es que la tumba está en la isla central del lago privado de los Spencer. También se sabe que se retiró el acceso público directo por pasarela tras el funeral, para evitar visitas no deseadas. Esa retirada del puente muestra que no era un sitio pensado para multitudes Pero el hecho de que casi nadie pueda acercarse al lugar exacto alimenta todo tipo de teorías.
Una de las más repetidas: la cena rápida para enterrar a Diana apenas unos días después de su muerte (falleció el 31 de agosto de 1997) podría haber limitado la preparación de la tumba a un protocolo acelerado. Y en tierra muy húmeda o con agua por debajo, hacer una tumba estándar de seis pies bajo tierra se complica. En foros alguien comentó:
“I never believed that Diana was buried on that island. It would be too hard to keep the plot dry – the water from the lake could seep into the plot and wreak havoc.”
Estas especulaciones provienen más de la intuición que de la documentación oficial, pero lo que sí está claro es que el planteamiento se aleja de lo habitual en enterramientos reales.