Hay factores que casi siempre están presentes en quienes desarrollan hígado graso:
Exceso de azúcar y harinas refinadas.
Bebidas con fructosa (jugos, yogures endulzados, refrescos).
Ultraprocesados y snacks.
Alcohol frecuente.
Dormir mal.
Estrés sostenido.
Falta de masa muscular.
Sedentarismo.
El hígado no tiene herramientas suficientes para manejar tanta carga a diario.
Lo que sí puedes empezar a hacer desde hoy
El hígado graso no es una sentencia, y en la gran mayoría de los casos se revierte desde casa con hábitos simples y constantes.
1. Reduce totalmente los azúcares y jugos
Nada de jugos naturales, miel, panela, siropes o bebidas dulces.
2. Aumenta los vegetales verdes y crucíferos
Brócoli, coliflor, repollo, espinaca… todos ayudan a las fases de desintoxicación hepática.
3. Prioriza proteínas y grasas saludables
Huevos, pollo, pescado, legumbres, aceite de oliva, aguacate, frutos secos.