La propietaria de la muñeca, Carolynne Seiffer, regresó de sus compras y se encontró con la ventanilla de su automóvil rota y una multitud rodeando a su muñeca de 2.000 dólares, a la que llama Ainsley.
«Me han reído y me ha dado mucha vergüenza todo el alboroto», declaró a WMUR.
Según el Washington Post, Caroline tiene unas 40 muñecas realistas para ayudarle a sobrellevar la muerte de su hijo. Al parecer, estas muñecas tan realistas pueden servir como proceso de curación para padres afligidos por el dolor.
«No se puede saber cómo decide cada uno afrontar las pérdidas en la vida», afirma.
Jason se sintió un poco avergonzado al darse cuenta de que había rescatado a una muñeca, pero dice que no se arrepiente y que, sobre todo, se siente aliviado de que no fuera un bebé de verdad.