Respirar profundamente es uno de los actos más simples y vitales que hacemos cada día. Sin embargo, no siempre le damos a nuestros pulmones el cuidado que merecen. Con la exposición constante a la contaminación, el humo, el polvo, el estrés, enfermedades respiratorias como bronquitis, asma o gripes mal tratadas, nuestros pulmones se van sobrecargando, llenándose de toxinas, mucosidad espesa y residuos que dificultan el buen funcionamiento del sistema respiratorio. Por eso, cada vez más personas están recurriendo a las plantas medicinales como forma natural de limpieza y desintoxicación pulmonar. Y una de las más poderosas, aunque poco conocida, es el Helichrysum arenarium.
Esta planta de flores amarillas también es llamada siempreviva arenaria, immortelle o eterna flor, y ha sido usada desde hace siglos por culturas europeas y asiáticas para tratar problemas respiratorios, hepáticos, inflamaciones crónicas y afecciones de la piel. Su nombre “siempreviva” no es casualidad: sus flores no se marchitan fácilmente, y así como resisten el tiempo, también refuerzan nuestra salud interna. Entre sus propiedades más sorprendentes destaca su capacidad para limpiar los pulmones, disolver mucosidad atrapada, aliviar la tos y facilitar una respiración profunda y libre.
El Helichrysum arenarium actúa como un expectorante natural. Gracias a sus flavonoides, aceites esenciales y ácidos fenólicos, esta planta ayuda a aflojar la flema acumulada en los bronquios, reducir la inflamación de las vías respiratorias, suavizar la garganta y mejorar la oxigenación. Pero no solo se trata de los pulmones: sus compuestos también fortalecen el sistema inmunológico, lo que previene infecciones recurrentes como resfriados, gripes, sinusitis y bronquitis.