¿Y si el envejecimiento fuera “contagioso”? Revelan que se propaga de célula en célula

En pruebas con modelos animales, los resultados fueron igual de reveladores. Ratones jóvenes que recibieron inyecciones de ReHMGB1 desarrollaron signos de envejecimiento en tejidos como el hígado y los músculos, reflejados en la activación de genes como p21 y p16, que marcan el deterioro celular.

Estos datos refuerzan la idea de que el envejecimiento puede extenderse de manera sistémica, de un grupo de células a otro, y que ReHMGB1 juega un papel central en este proceso. Este descubrimiento también podría explicar por qué, en muchos casos, distintos órganos comienzan a mostrar signos de deterioro al mismo tiempo, incluso si no han sufrido daños evidentes.

La buena noticia es que este hallazgo abre nuevas posibilidades terapéuticas. En el estudio, los científicos aplicaron anticuerpos diseñados para neutralizar la HMGB1 extracelular en ratones de mediana edad que habían sufrido una lesión muscular. El resultado fue alentador: no solo se redujo la inflamación, sino que la regeneración muscular fue más efectiva y se detectaron menos signos de envejecimiento celular.

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