1️⃣ Haz una pasta espesa con el bicarbonato y agua (como una crema).
2️⃣ Unta toda la parte interna del horno (evita las resistencias si es eléctrico). Con guantes es más cómodo.
3️⃣ Deja reposar toda la noche (o mínimo 8 horas).
4️⃣ Al día siguiente, rocía el vinagre blanco sobre el bicarbonato. Verás que empieza a hacer espuma.
5️⃣ Pasa un trapo húmedo o una esponja: ¡la suciedad se desprende sola!
6️⃣ Si queda algún residuo, limpia con un paño limpio y seco.
Resultado ✨
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Un horno limpio y brillante.
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Sin olores desagradables.
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Sin productos químicos agresivos.
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Y lo mejor: sin tener que raspar ni fregar como loca.
💡 Tip extra: Si tu horno tiene vidrio en la puerta, repite el proceso solo en esa zona y quedará transparente como nuevo.
📌 Guarda este truco para cuando lo necesites y compártelo con alguien que odie limpiar el horno.