Versatilidad Culinaria
El yogurt griego casero es increíblemente versátil. Puedes disfrutarlo como snack, usarlo en recetas de aderezos, dips, batidos, postres o incluso en platos salados.
Con tantas ventajas, hacer yogurt griego casero no solo es una decisión saludable, sino también práctica y beneficiosa para el planeta. ¡Anímate a incorporarlo a tu rutina!
Ingredientes y Herramientas Necesarias
Preparar yogurt griego casero requiere pocos ingredientes, pero cada uno juega un papel clave para lograr su textura espesa y sabor suave. Aquí tienes lo que necesitas:
Leche: Puedes usar leche entera, descremada o incluso vegetal (como de coco o almendra). La leche entera proporciona un resultado más cremoso, mientras que las opciones bajas en grasa son más ligeras.
Yogurt natural sin sabor: Este actúa como cultivo inicial, aportando las bacterias necesarias para la fermentación. Asegúrate de que sea un yogurt simple y sin endulzar.
Leche en polvo (opcional): Añadir 2 cucharadas mejora la consistencia del yogurt, haciéndolo más espeso y rico, ideal para quienes buscan una textura aún más densa.
Estos ingredientes son fáciles de conseguir y económicos, lo que hace del yogurt griego casero una opción accesible para cualquier hogar. Además, puedes personalizarlo añadiendo frutas, miel o especias una vez preparado. ¡Manos a la obra!
Herramientas
Olla: Preferiblemente de acero inoxidable.
Termómetro de cocina: No es esencial, pero ayuda a controlar la temperatura.
Recipiente hermético: Para la fermentación.
Colador y paño de tela: Para drenar el suero y lograr la textura espesa característica.
Si te interesa experimentar más con ingredientes frescos, visita recetas como el queso fresco hecho con solo 3 ingredientes, una alternativa creativa para tu cocina.
Paso a Paso para Hacer Yogurt Griego Casero
1. Preparación de la Base del Yogurt
Calienta la leche en una olla a fuego medio hasta alcanzar aproximadamente 70°C (puedes usar la “prueba del dedo” si no tienes termómetro).
Retira del fuego y deja enfriar hasta que esté tibia, alrededor de 40°C.
Mezcla el yogurt natural con un poco de leche tibia en un recipiente aparte para disolverlo bien.
Agrega la mezcla a la leche tibia restante, removiendo suavemente para integrar.
2. Fermentación
Vierte la mezcla en un recipiente hermético y cúbrelo bien.
Envuelve el recipiente con una toalla o frazada para mantener la temperatura constante.
Déjalo reposar en un lugar cálido (como un horno apagado) durante 12 horas.
3. Drenado del Suero
Una vez fermentado, coloca un paño limpio sobre un colador y vierte el yogurt.
Deja que el suero drene durante toda la noche en el refrigerador.
Al día siguiente, tendrás un yogurt griego casero espeso y cremoso listo para disfrutar.
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