La preparación es muy sencilla y no requiere ingredientes difíciles de conseguir. Solo necesitas hojas frescas de guayaba, agua y, si lo deseas, un poco de limón.
Método tradicional:
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Lava bien las hojas para eliminar residuos.
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Hiérvelas en agua durante varios minutos.
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Cuela el líquido y bébelo caliente o frío.
Método licuado (más concentrado):
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Licúa las hojas frescas con agua y cuela.
Este método conserva más nutrientes, aunque el sabor puede ser más intenso.
Puedes ajustar la cantidad de hojas según tu gusto. Lo ideal es comenzar con infusiones suaves e ir aumentando gradualmente.